lunes, 8 de febrero de 2010

Aún no me atrevo a pensar que no estás

Hoy te recuerdo, ayer te recordé, y siguiendo con ésta progresión, mañana y pasado mañana lo haré.

Jamás pensé que te irías, pensé que eras una mujer eterna, y siempre estarías a mi lado, te prometí invitarte a mi matrimonio, te acuerdas?

Me dolió enterarme de esa maldita enfermedad, pero, no se podía hacer nada. Lo sabía, pero no quería creerlo. Pensé que te vería muchos años, sabía el desenlace, pero jamás pensé que sería tan pronto. No te vi, nos alejaron, me alejaron de ti, esos días donde sabia que me necesitabas.

Quiero verte hoy y, lastimosamente, a la fuerza te convirtieron en polvo. Quiero verte, saber que estás allí. Te necesito, ahora y siempre. Prometiste estar siempre allí, y ahora, ni siquiera puedo llevarte un ramo de flores.

Te hicieron el peor daño de todos, te llevaron cerca al mar cuando no podías verlo. Se jactaban de tus paseos por otros países, pero no saben que llorabas cuando nos contaban de las peleas vistas, los gritos escuchados, el desorden cotidiano...

Jamás olvidaré las risas tuyas, la que costaban mucho lograrlas. Siempre recordaré tus abrazos fríos, cortos, pequeños, pero así y todo, sabia que lo hacías con todo el amor del mundo.

Jamás terminaré de escribir todo lo que siento por ti, jamás se llenará el vacío que dejas. Te quiero tanto, y me abandonas. Sabías mi necesidad extrema de tenerte, verte, así verte en silencio.

Solo me queda esperar, algún día te veré... y espero completa y bella como siempre...